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Se cuenta que haya por el 1940 recién venido de Italia junto a su padre Don Julio y su madre Elena, el hijo único Pedro llego a Rosario. No hizo una semana de su arribo y Don Julio ya estaba trabajando de lo que sabia, si se le puede decir trabajar a prestar dinero, obviamente con intereses descomunales a los demás tanos, a los que ya conocía de antes.
Como Pedro por esos tiempos andaba en los 18 años de edad el padre lo puso a estudiar y que carrera sino abogacía podía estudiar, en verdad Pedro quería ser veterinario pero el padre necesitaba un buen abogado en la familia y poco lo importo lo que Pedro tuviera para decir.
Así paso el tiempo y llego el gran día.... Pedro se recibió y no le costo poco ya que en lugar de seis años fueron diez, pero eso no opacaba que el hijo de Don Julio fuera abogado, cuantos problemas me va a solucionar el mio filio pensaba.
Aunque no fue del todo así, por que el día que le cayó la cana al tano, se le vino con todo, tenia cargos para regalar. Pero sin amedrentarse demasiado lo primero que hizo Don Julio con toda su parsimonia fue llamar a Pedro, quien sin hacerse esperar ahí se presento.
Después de unos mese de litigios judiciales le cayeron 30 años de cana y Pedro se desmoralizo drásticamente, pero no por perder el juicio sino por que el padre le juro que lo iba a matar el primer día que saliera.
Así fue que sin mas Pedro debía tomar una decisión que por cierto no le seria nada fácil.... medito, medito y llego a la conclusión de que era un inútil, por lo que no tuvo mejor idea que abandonar su carrera, la poca familia que le quedaba y salir a vagar.
Tomo algunas ropas, cargo un bolso viejo y se echo a la calle, pero poco le duro la soledad ya que al segundo día ya se sentía desbastado y como todo buen linyera que se digne a serlo debía tener un perro, un compañero fiel, y así empezó la búsqueda hasta que en las vías de la Parada Alberdi lo encontró, no tenia ni veinticinco días de nacido y ahí estaba abandonado como él, y así fue el inicio de una linda amistad, lo tomo en sus brazos y se lo llevó, al buscarle nombre no se le ocurrió nada mejor que Lazo, no era mal nombre ya que parecía un caballo, hocico largo, mucho pelo, patas finas, una mezcla de cinco o seis razas supongo, prometía. Aunque mucho tiempo la promesa no duro y tampoco el nombre, por que a los tres meses se dio cuenta de que ya no crecía mas y eso era tan solo veinte centímetros del piso, por lo que de Lazo paso a llamarse Lazi, era una deshonra para la rasa animal.
Pedro solía deambular por la Parada Alberdi normalmente aunque también se lo veía por la Estación Rosario Norte y Rosario Central, le gustaba caminar. Siempre se lo veía pasar a Pedro y al rato pasaba Lazi, tenia patas cortas que querían.
Fue durante años que Pedro iba y venia por las vías del tren, recorriendo estaciones, curando animalitos, contando historias a los viajeros del kilómetro uno y pidiendo alguna que otra moneda para comer.
Después de algunos años la gente lo dejo de ver y se olvidaron de él. Con excepción del guarda de la Estación Rosario Norte con el que siempre entablaba alguna conversación y que era el único que conocía la verdadera historia de su vida. Pero ni el guarda sabia que le había pasado al desaparecer y fue desde ese mismo momento que empezaron a crearse las fabulas alrededor de la suerte que le toco a Pedro.
Los que llegaron a enterarse lo sucedido con el padre dicen que apenas salio de la cárcel le corto el cuello y lo enterró junto a las vías del tren sin que nadie lo viera, y a Lazi lo mato por perro delator, ya que no paraba de ladrar, y es verdad lo que dicen que perro que ladra no muerde por que el viejo Don Julio salio sin un rasguño.
Otra versión dice que como a Pedro le gustaba curar animalito, un día en el que paso un tren de un circo se acerco a mirar y aparentemente uno de los animales cayó del tren y para desgracia de Pedro que fue en su salvación, era un tigre de Malacia, se lo comió de un mordisco apenas se acerco para ver como estaba el animalito, y en cuanto a Lazi parece que el tigre en uno de sus saltos lo piso sin darse cuenta y el pobre amigo fiel murió por atropello.
Hay otra versión mas aunque creo que es la menos creíble se las cuento igual, dicen que Don Julio lo encontró después de mucho buscarlo, lo perdono y juntos volvieron a Italia. Lo dudo.
Para mi si permiten mi humilde opinión de todas las historias, la primera es la que me resulta mas creíble, pero queda a libre elección.
Lo que queda bien claro a modo de moraleja es que si queres estudiar,... estudia algo que te guste, no sea que termines como Pedro, si es que sabemos como termino.
A.. me olvidaba si alguno se anima y quiere saber mas de Pedro, me comentaron por ahí que en las noches que viene el Norteño, el tren del norte con destino Retiro, se ve una sombra recostada sobre la pared junto a la boletería y que sigue pidiendo monedas, así que vayan con dinero.
lunes, 19 de julio de 2010
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Buuuuu, historia de moraleja y terror, saludos
ResponderEliminarHistoria jodida si las hay como el eescritor, jajaja. Te felicito que tengas ganas de adentrarte en el arte. Un abrazo.
ResponderEliminarJorge.
muy bueno alfi no te conocia esa veta
ResponderEliminarFuaaaa Molinelli!! que novela, se parece un poco a mi vida, y creo mereser el oscar ya que soy protagonista, me falta el perro, pero con mi sombra me alcanza...
ResponderEliminarEs un placer saber que tenes esas cualidades (aunque la cag.. en otras... - No me grabaste los cd's-)
Espero mas historias...
Un abrazo!
el pueblo quiere otro cuento!!!!
ResponderEliminaresto es como el fernet uno solo te quedas con ganas
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